Nadie duda de Oasis como una banda emblemática del rock desde los 90' a esta parte. Pero sí puede provocar cierta incertidumbre su poder de convocatoria. Después de aquél show de bajo vuelo en el Campo Argentino de Polo, River se antojaba como un estadio demasiado grande; en definitiva, terminó siéndolo. Poco más de un cuarto del campo estaba vacío y había varios claros en las plateas.
Sin embargo, el show debía comenzar. Pocos minutos antes de las 21, y después de las presentaciones de Estelares, Mole y Los Tipitos, Oasis salió al escenario. La intro de "Fuckin' in the bushes" sirvió de puntapié inicial para darle paso a "Rock N' roll star". De sobretodo negro y con su pose característica, Liam Gallagher siguió con el clásico "Lyla" y el exitoso single de su último álbum, "The shock of the lighting".
Pero se sabe que la vibra entre los hermanitos Gallagher no es la mejor y, de hecho, no la ocultan. Liam abandonó el escenario por primera vez en "Waiting for the Rapture". En ese momento, Noel se hizo cargo de la banda. Pese a su carácter apático, lejos está del caracter irrascible de su hermano menor. "Muchas gracias, Buenos Aires" fueron sus primeras palabras y el público, iluso, quiso acompañar con el típico "Olé, olé, olé...". Pero Noel fue tajante: "No tenemos tiempo para eso". Se limitó a pedir un feliz cumpleaños para su tecladista y seguir con el show.
Ya con Liam de vuelta en el escenario, desde "Songbird" la banda tocó sin parar hasta que el líder dijo: "Bueno, esto es Wonderwall". Lo que desató una terrible ovación y dio paso a una versión algo más rápida del clásico de la banda inglesa que fue acompañada por la gente. "Supersonic" se encargó de cerrar el show. Dieciséis temas se antojaban como pocos, una base de teclado quedó sonando a la espera de los bises que llegaron con una excelente versión acústica de "Don't look back in anger" (sí, sin Liam en el escenario).
"Fallin' Down" y "Champagne Supernova" sirvieron de anticipo para el cierre final del recital con "I am the Walrus". Sí, como aquella vez en el Campo Argentino de Polo, en la que cerraron con "My generation" de The Who, esta vez fue la canción de los Beatles (incluida en el disco Masterplan) quien tuvo los honores.
Como aquella vez, la apatía de sus integrantes se notó más que su show. Es cierto, está claro que nadie va a ver a Oasis exclusivamente por su frontman, pero la sensación que generaron los ingleses fue: el que tuvo la posibilidad de ir, bien...y el que no, también.
Fuente: Ciudad.com
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