jueves, 24 de diciembre de 2009

Mi corazón hace taqui, taqui

Se dice que la pintura y la literatura nunca fueron las mismas después de la aparición de la fotografía y el cine, en el siglo XIX. Sin embargo, estrenos como Crank 2: Alto Voltaje (injustamente relegado a ir directo a DVD), demuestran que el cine tampoco se mantuvo impermeable a los nuevos medios. Ojo, esta vez no hablamos de la influencia de YouTube (justo que Actividad Paranormal, el "exorcista" de los días de la Web 2.0, rompe récords de taquilla en todo el mundo), ni tampoco del ya trillado romance entre Hollywood y el cómic, sino de los videojuegos. Porque si hasta ahora el cine había recurrido a los fichines en búsqueda de la nueva gran franquicia, y sin demasiado éxito, la película de Mark Neveldine y Brian Taylor cambia las reglas del juego al adaptar la esencia gamer del nuevo milenio.

Ya en la primera entrega de las aventuras del killer cockney Chev Chelios (Jason Statham, uno de los pocos tipos rudos que quedan en Hollywood), había una lógica de Super Mario Bros tóxico: el protagonista es envenenado y la única manera que tiene de zafar del patatús es que su cuerpo genere adrenalina constantemente, o sea, la sustancia que las glándulas suprarrenales secretan en situaciones de peligro. Chelios no recurre exclusivamente a flores ni hongos para sortear los obstáculos, sino a todas las sustancias tabú habidas y por haber para mantener su corazón al palo; además de participar en peleas absurdas ad hoc, tener sexo en lugares públicos y saquear hospitales a punta de pistola. Y, como si fuera poco, intenta ocultarle todo a su novia, interpretada por Amy Smart.

La película se manejaba con un costado cómico oscurísimo y se llevaba corrección política a marzo ("¡Al-Qaeda!", acusa Chelios a un taxista paquistaní que lo persigue, desatando un linchamiento). Pero eso no es nada, porque la secuela hace palidecer todo lo anterior. Conviene aclarar que el "alto voltaje" del título es literal: esta vez, al pobre Chelios le roban su corazón indestructible para ponérselo al capo de la mafia china (David Carradine, en uno de sus últimos papeles) y se lo reemplazan por uno artificial con una batería que dura 60 minutos.

Por supuesto, Chelios aprovecha todos los métodos de generación de electricidad para que su corazón siga latiendo, como frotarse con peatones buscando energía estática o hacerse un puente con la batería del auto, conectando las pinzas a su lengua. Como para aumentar aún más el nivel de desquicio se destacan una escena de sexo en un hipódromo repleto que entra de lleno entre las más memorables de la historia del cine, cameos de Geri Halliwell (la ex Spice Girl) y Ron Jeremy liderando un piquete de actores porno, una pelea a lo Godzilla, la banda de sonido a base de ruidos (cortesía de Mike Patton) y un hitazo ochentoso como Keep on Lovin' You, de REO Speedwagon, con un "fuck you!" a la cámara y todo.

Muchos críticos consideraron a Crank 2 una adaptación espiritual de la saga Grand Theft Auto, que popularizó la estructura no lineal a la hora de jugar y permite al jugador cumplir las misiones o sembrar el caos. La infinidad de videos subidos a YouTube parecen indicar que lo preferido es, lejos, lo segundo.

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