martes, 20 de octubre de 2009

"Mi mente es mi fortaleza"

A diez años de haber terminado con Fun People y de reinventarse con un nuevo alias, el hombre-niño de Campana tira el "frisbee" al aire y va detrás de su vuelo.
Es punk? Es muy punk. ¿Es rock? Es muy rock. ¿Es funk? Es muy funk. ¿Es pop? Es muy pop". Carlos Rodríguez, alias Boom Boom Kid, alias el artista antes conocido como Nekro, está muy a pleno con su nuevo disco, Frisbee, un licuado sonoro de 35 temas y diferentes sabores. Lo presentará oficialmente mañana en el estadio Malvinas Argentinas, Gutenberg 350.

-¿Cómo salió lo del frisbee?

-Surgió de modo muy espontáneo. Andaba buscando la forma de envolver mi música, como un regalo. Mi disco anterior, Benjiu Jamboree, se mezcló en cinta y se editó en vinilo. Estaba jugando al frisbee y vi el disco tal cual salió, en un segundo. Empecé a ponerme, a escribir, a pegar y cortar, poner color, sacar lo que uno tiene afuera. Me gusta esa idea filantrópica de recuperar un objeto pop, recuperar cosas en desuso, como la simpatía, la solidaridad y la justicia. Te lleva a pensar muchas cosas. Por ejemplo: ¿hace cuánto que no hacés otras cosas que estaban buenas? ¿Qué no te permitís jugar fuera de una pantalla? Cuando pensé en hacer el disco, me acordé de Miguel Abuelo y aquel verso de: "Oye niño/ haz tu cabeza estallar" (Oye Niño, 1969).

-¿Por qué de grande seguís reivindicando la inocencia de la niñez de forma permanente?

-Yo no quiero volver a tener cinco años: mi infancia la viví feliz, no quiero volver. Nunca dejé el estado de curiosidad y juego. Defiendo mi ser, mi espacio, mi libertad y trato de mantenerme lo más puro a mi ser animal, eso lo defiendo a rajatabla, si vos querés ponerle el mote de infantil porque yo juego, eso lo estás diciendo vos. Mis grandes preocupaciones siempre son las mismas: adónde está yendo la realidad, cómo cada día nos hacemos más robots, obviamente a fuerza de palos y los cipayos de siempre que saben cómo hacer para que nosotros terminemos de la manera que terminemos: frustrados, reprimidos, deprimidos. De todas maneras, está lleno de gente que dice que esta todo mal. Está en uno poder evitarlo: mi mente es mi fortaleza.

-¿Vivís protegido de alguna forma contra el mundo exterior?

-Sí, por la música y los buenos amigos. Por más que hayas leído todas mis canciones y escuchado todos mis discos, eso no significa que sepas cómo soy yo. Cada vez que abrí la puerta de mi casa, era el momento en que me estaba yendo.

-¿Te preocupó en algún momento la identificación de muchos chicos con tu persona? ¿Te genera algún tipo de responsabilidad extra?

-La música para mí es medicina, tengo que proteger mi mente. Si te hace feliz vestirte como la persona que te gusta como canta...Me parece mucho mas creativo hacer tu propia ropa, nunca fui un ser uniforme. Es decir: ¿quién soy yo? Nadie, el ridículo cantante que persigue sus sueños como un perro y se deja llevar por sus sueños por las carreteras del mundo, con las valijas llenas de amor.

-¿Nunca tuviste la identificación con la remera rockera?

-Sí, obviamente, las remeras de rock que tengo me las compré en shows. Escuché el primer disco de V8 y me partió el cerebro, pero nunca quise vestirme como los chabones. Yo escuché Venom y quería prender fuego la iglesia de la esquina de mi casa. La única iluminación bonita de un templo es cuando lo prenden fuego.

-Pero nunca la prendiste fuego...

-¿Quién dijo que no?

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